En términos generales, la Defensa Personal puede entenderse como aquellas prácticas realizadas para
la protección de nuestra integridad física, de nuestros seres queridos y de nuestros bienes.
Normalmente, las técnicas o tácticas empleadas en la Defensa Personal, derivan de un Arte Marcial (o conjunto de Artes Marciales),
entendiendo por Arte Marcial aquellos conocimientos y cualidades adquiridas para su aplicación con fines
guerreros o de lucha.
Nuestras clases tienen como base la práctica del Hapkido. En realidad tratamos la Defensa Personal
como un apartado dentro del Hapkido. El Hapkido (como Arte Marcial) fomenta el conocimiento de uno
mismo y el afán de superación. Todo esto es importante para reconocer nuestras cualidades
(tanto virtudes como defectos/limitaciones) y tratar de mejorar. De la misma manera también saber
reconocer esas virtudes o limitaciones que pueda tener nuestro adversario o adversarios.
El Hapkido es un Arte Marcial que por su gran riqueza en técnicas es muy indicado para su
aplicación en Defensa Personal. Al contrario de otros sistemas que se basan predominantemente
en técnicas de golpeo, el Hapkido contempla técnicas tanto de golpeo como de agarre.
Dependiendo de la situación, y siguiendo el principio de proporcionalidad, no siempre podremos
defendernos “a golpes” y tendremos que recurrir a bloqueos, inmovilizaciones, luxaciones,
estrangulaciones, proyecciones... Incluso podremos vernos en la situación de haber llegado
al suelo en el enfrentamiento y tener que emplear técnicas específicas para llevar a buen fin
el conflicto.
Los entrenamientos se desarrollan de forma dinámica, dándoles la mayor continuidad posible.
Se trabaja la resistencia física, fuerza, agilidad, coordinación, flexibilidad y elasticidad
para adaptar el cuerpo a la variedad de técnicas que se pueden ejecutar y acondicionarlo también
a esas técnicas en caso de que seamos nosotros los que las vayamos a sufrir.
Actualmente no existen (y casi con total seguridad nunca existirán) técnicas infalibles en la
Defensa Personal. Únicamente nuestro afán de aprender, de entrenar y de mejorar día a día, nos
hará mejores luchadores y mejores personas
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